miércoles, 17 de agosto de 2011

El sueño



Esa noche se había recogido tarde, se sentía un poco indispuesto, pero lo había pasado bien, consiguió el número de teléfono de una chica. Ya la llamaría al día siguiente, ahora estaba demasiado agotado.
Cuando entró a su habitación se dijo a sí mismo -¡Eh, mi camita por fin!-. Al poco tiempo entró en un sueño profundo. Si alguien lo hubiera visto; no paraba de moverse, se agitaba constantemente.
Notó la presencia de algo extraño y se sobresaltó, se incorporó de inmediato en la cama y vio algo horrible. Gritó -pero qué es eso-.
Algo de otro mundo estaba ante sus ojos. Dirigió un gran insulto a sí mismo: pero que... era sólo la pantalla de su televisor que proyectaba un documental sobre camaleones.
Ya recordó que la dejó conectada, -tengo que salir menos-.